HISTORIA DEL FAUVISMO
El Fauvismo es uno de los movimientos del siglo XX, se caracteriza por ser estético y sentimental, por ser un estado de espíritu ligado a las circunstancias del momento. Se apega a la libertad total de la naturaleza. Es más expresiva que realista, plasmando primordialmente los colores. El artista fauve implanta una comunión con la naturaleza, uniendo el arte con la vida, y a su vez, rechazando cualquier tipo de convencionalismos. El artista es un Demiurgo, moldea, crea su obra a partir de un principio generador parecida a la naturaleza. El fauvismo no debe ser entendido como una liberación desordenada que rechaza todo tipo de disciplinas o como ignorante.
Otra característica del fauvismo es el gusto por el arte africano-negro y la influencia que este mismo tuvo en las obras. Este gusto por “lo otro”, encamina al fauvismo hacia una un ambiente cada vez más vanguardista.
Los artistas más destacados son: Henri Matisse, André Derain, Maurice Vlamink, Braque, Friesz, Rouault, Marquet, Dufy y van Dongen. Quien le dio el nombre de fauvismo a este movimiento, fue Louis Vauxcelles, en su crítica hecha en el Salón de Otoño de 1905, por causa de los violentos métodos que utilizaban los artistas anteriormente nombrados.
CONTEXTO
El arte del siglo XX se caracteriza por que esta configurada de múltiples corrientes llamadas ismos. No todas las tendencias van en forma lineal una después de otra, sino que se relacionan para dar paso hacia otra nueva. Las vanguardias no se pueden ordenar en una linea de tiempo.
Es un tópico el considerar el arte del siglo XX como ruptura con respecto a lo anterior, pero esta ruptura no comienza a principios del siglo XX, sino a fines del XIX.
La Revolución Industrial y los grandes adelantos de la técnica ayudaron a moldear la mentalidad del hombre a principios del siglo XX.
La primera y segunda guerra mundial, fue donde ocurrió el cambio. Cada cual trajo sus tendencias.
Los filósofos aportan con sus teorías reveladoras. Hay vanguardias que no se pueden explicar ni entender si no se integran con estas teorías.
Hay una gran necesidad de cambio que ha dado como resultado corrientes diversas e incluso contradictorias; como la tendencia conceptual y la realista.
PRECURSOR DEL MOVIMIENTO
Nació en Le Cateau-Cambrésis el 31 de diciembre de 1869, una pequeña localidad al norte de Francia, en el centro de una familia dedicada al comercio, específicamente de droguería y semillas. Inició estudios para seguir la tradición familiar (Abogacía), pero durante una convalecencia empezó a pintar y entonces descubrió su vocación. Se trasladó a París, asistió a cursos en la Academia Julián y en 1892 ingresó en la Escuela de Bellas Artes, recibiendo clases en el taller del pintor simbolista Gustave Moreau, donde coincidió con Rouault, Camoin y Marquet, además de relacionarse también con los artistas Dufy, discípulos de Pierre Bonnard.
En 1887 se muda a París para estudiar leyes, al tiempo que trabaja en como administrativo en la corte de Le Cateau-Cambrésis.
Comienza a pintar en 1889, cuando convaleciente de una apendicitis su madre le lleva elementos para pintar. Según dijo de este momento de su vida que descubrió una especie de paraíso. Y a partir de entonces decide convertirse en artista plástico, a pesar de que esto decepcionó profundamente a su padre.
Al comienzo de su trayectoria artística practicó el dibujo del natural en un estilo más bien tradicional, como se aprecia en El tejedor bretón, y realizó copias en el Louvre. Más adelante pasó a pintar luminosos paisajes de Córcega y de la Costa Azul, dejándose llevar por los aires impresionistas de la época, y practicó esporádicamente el divisionismo. En esta etapa tuvo como discípulo y gran amigo al pintor japonés Yoshio Aoyama (el cual ha dejado en la historia del arte el término de "azul Aoyama").
Como estudiante de arte, su pintor más admirado fue Chardin, realizando copias de las cuatro piezas del the Louvre.
En 1896 expuso cuatro lienzos en la Société Nationale des Beaux Arts con notable éxito.
Muchas de las pinturas entre 1898 y 1901 recurren al divisionismo, técnica que adopta luego de leer un aescrito de Paul Signac, "D'Eugène Delacroix au Néo-impressionisme"
Con el comienzo del siglo, lideró junto con André Derain un grupo conocido como Fauvismo. Un movimiento efímero que tuvo tres exhibiciones.
La primer muestra individual la realizó en la galería Ambroise Vollard en 1904, con poco éxito. El uso del color se había pronunciado, por influencias de Signac and Henri Edmond Cross. Año en el que pinta su trabajo impresionista más importante, Luxe, Calme et Volupté.
En 1905, unos artistas del fauvismo exponen en el Salon d'Automne. Las pinturas expresan emosión con colores salvajes y disonantes. El crítico de arte Louis Vauxcelles dijo "Donatello au milieu des fauves!" (Donatello entre bestias salvajes), refiriendose a una escultura de tiporenancentista que estaba en el salón donde era la exposición.
Matisse mostró Ventana abierta, Collioure (Óleo de 55,3 cm x 46 cm; 1905) y Mujer con sombrero (Óleo de 79,4 cm × 59,7 cm; 1905). La muestra en general y el material de Matisse en particular resultaron un escándalo para la época y fueron objeto de una crítica muy agresiva «The Painted Lady» (4 de abril de 2011)..
Al comienzo de su trayectoria artística practicó el dibujo del natural en un estilo más bien tradicional, como se aprecia en El tejedor bretón, y realizó copias en el Louvre. Más adelante pasó a pintar luminosos paisajes de Córcega y de la Costa Azul, dejándose llevar por los aires impresionistas de la época, y practicó esporádicamente el divisionismo. En esta etapa tuvo como discípulo y gran amigo al pintor japonés Yoshio Aoyama, el cual ha dejado en la historia del arte el término de "azul Aoyama".
En algunas de sus figuras pintadas hacia fin de siglo está presente la influencia de Cézanne, pero a partir de 1907 su estilo se hizo más definido y pintó a la manera fauve: supresión de detalles y tendencia a la simplificación, con lo que obtuvo cuadros impregnados de paz y armonía, como Lujo, calma y voluptuosidad o El marinero de la gorra. Mediante zonas de color diferenciadas, tradujo la forma de los objetos y el espacio existente entre ellos, además de introducir arabescos y crear un ritmo característico en sus cuadros, como en Las alfombras rojas. Su uso del color fue de una gran sensualidad, aunque siempre muy controlada por una metódica organización estructural. Como él mismo declaró: «Sueño con un arte de equilibrio, de tranquilidad, sin tema que inquiete o preocupe, algo así como un lenitivo, un calmante cerebral parecido a un buen sillón». Otro de sus rasgos peculiares es la sensación de bidimensionalidad de cuadros como La habitación roja (o Armonía en rojo) o Naturaleza muerta con berenjenas, en los que la ilusión de profundidad queda anulada mediante el uso de la misma intensidad cromática en elementos que aparecen en primer o en último plano.
En 1910 viajó a España; en Madrid visitó el Museo del Prado y su estancia en Granada y Sevilla contribuyó a acercarle a la estética oriental. En 1912 y 1913 viajó a Marruecos, donde la luz le inspiró cuadros sobre paisajes mediterráneos de gran colorido, como Los marroquíes.
Hacia 1916 se inició un período en el que se percibe la influencia del movimiento cubista, de creciente importancia, que se traduce en un concepto más geométrico de las formas y una simplificación aún mayor, como en El pintor y su modelo.
Hacia 1917 se instaló en Niza, conoció a Renoir, y su estilo se hizo más sutil. Produjo en este período algunas de sus obras más célebres, como Ventana en Niza y la serie de las Odaliscas, donde queda claramente plasmado el gusto de Matisse por la ornamentación y el uso de arabescos. En los años siguientes viajó por Europa y Tahití, donde concibió la obra en gran formato La danza.
Hacia la década de 1940, el colorido de sus telas se tornó más atrevido, como en La blusa rumana y en el Gran interior rojo, antecedentes de los gouaches que realizó a finales de los años cuarenta, en los que cortaba y pegaba papeles coloreados. Es famosa en esta técnica su serieJazz, de 1943-1946.
En 1950 decoró la capilla del Rosario de las dominicas de Vence, en la obra que mejor expone su tendencia simplificadora hacia formas más planas. Realizó así mismo un gran número de dibujos a pluma e ilustraciones para escritores como Mallarmé y Joyce. En cuanto a sus grabados, el número de piezas alcanza las quinientas, entre litografías, aguafuertes y xilografías. También esculpió en bronce y colaboró escribiendo artículos para distintas revistas especializadas.
En 1963 se abrió en Niza el Museo Matisse, que reúne una parte de su obra
INTRODUCCIÓN A LA OBRA
Matisse, autor-bisagra entre las tendencias de finales del siglo XIX y las vanguardias de principios del siglo XX, comienza su preparación artística junto con Gustave Moreau- representante del primer simbolismo- en la Escuela de Bellas Artes, donde estudia obras de los más importantes impresionistas, pintores que, por primera vez, se saltan las reglas clásicas e imponen un nuevo modo de crear arte donde, como ya hemos dicho, las emociones del artista se sitúan en primer lugar de la composición. Así cuando se produce la presentación de la obra de Matisse ante el público en el Salón de 1905, él ya había elaborado una serie de obras que distaban de los gustos más tradicionalistas: en 1879 creó su obra La mesa del comedor, en 1899 Naturaleza muerta a contraluz o Ventana abierta, en 1905. En ellas se muestra una clara influencia impresionista tanto en los colores, las pinceladas y las figuras así como en el tema y el uso de las luces y las sombras, los claros y los oscuros, aunque suyo es el uso arbitrario de rojos, verdes, azules y violetas que, lejos de registrar la realidad, reconoce un mundo donde los árboles son morados, los mares amarillos y los rostros azules.
También de esta primera etapa merece especial interés, por la clara similitud con Seurat, Renoir o Cezanne, su composiciónLujo, calma y voluptuosidad, escena que recoge un momento de ocio a orillas de un lago a emulación de la obra Un domingo de verano en la Grande Jatte de Seurat o Bañistas del último de ellos. La pintura está realizada a partir de centenas de puntos, de colores más vivos e intensos que los pasteles de las obras primigenias, pero que ordenan la composición y centran la atención en las figuras desnudas.
La obra Retrato de la raya verde, realizado a finales de 1905, anuncia la segunda época en sus composiciones, la plenamente fauvista. La obra recoge el rostro, cargado de sentimientos, de una mujer de mediana edad. En el retrato se produce una contraposición entre el negro de su pelo, recogido en un serio moño y el rojo de la estancia y su ropa, color que llega a reflejarse en algunas arrugas de su rostro.
Esta obra aúna dos elementos esenciales en la obra de Matisse: el cuerpo como representación de los sentimientos y la mujer como centro del universo. Como haría Gauguin, Matisse sitúa la figura femenina como único elemento, vestida o desnuda, tumbada o erguida pero siempre relajada, disfrutando de su función como modelo: Mujer con sombrero; Argelina;Lorete con turbante blanco - recordando los viajes exóticos de Gauguin- , y otras muchas donde desnuda no sólo el cuerpo de sus modelos sino también su alma y espíritu: Desnudo entre almohadón azul, del año 1924 y otras dos nacidas tras un viaje a Marruecos Marroquíes en oración y Odalisca, armonía en rojo serán sus obras más conocidas.
La última de sus etapas, por la cual pasó con más de setenta años, está caracterizada por la máxima simplificación a la que puede llevar la figura humana. En ella la realidad deja paso a la luminosidad y la creatividad del pintor. Ello lo podemos observar en Desnudo azul, realizado en papel pintado y recortado.
COMENTARIO
Claramente en la obras obras del autor se plasman con referencia a la realidad y con fija relación a la naturaleza y a los colores impactantes, sin duda alguna el autor de las obras reflejan la situación del momento por el que estaban pasando, la situación y el contexto en el que vivía tal época. dando énfasis a la elegancia masculina y femenina de aquel momento, Ademas se exalta la naturaleza del cuerpo humano utilizando colores suaves pero siempre dejándolo en su esplendor natural reflejando como lo mencione anteriormente la situacion vivida en dicho momento.
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